Desierto florido, el Norte Verde más verde que nunca

Añañuca. Paulo Olivier

Está germinando. Poco a poco el Desierto Florido se aproxima a la Región de Coquimbo en lo que, se espera, sea el carnaval de flores más importante de los últimos 20 años. Como si fuera un tapiz que se desenrolla de norte a sur, las flores del desierto aparecen entre Paposo, en la Región de Antofagasta, hasta el borde costero de Los Vilos, en la Región de Coquimbo, paulatinamente entre agosto y octubre.

La IV Región tiene una flora privilegiada, con más de 1.700 especies vegetales y de éstas más de 1.500 nativas, como el aromático Lucumillo (Myrciathes coquimbensis) y algunas plantas bulbosas como el Gethyum cuspidatum y el Cebollín (Leucocoryne purpurea). La primera clasificada en peligro de conservación y las siguientes en estado vulnerable.

Aunque sin duda, lo más esperado es el despertar de las plantas anuales y geófitas (bulbos, rizomas o tubérculos) que aguardan bajo la tierra hasta que la conjunción de lluvias con temperaturas adecuadas les permitan surgir desde las profundidades. Como la emblemática Añañuca, la sencilla Pata de Guanaco y -modestia aparte- la Alstroemeria magnifica.

Ya a mediados de julio aparecieron los primeros botones florales en La Higuera, la comuna más al norte de la Región, como lo comprobó la encargada del Herbario de la Universidad de La Serena, Gina Arancio.
Entre las especies geófitas endémicas destacan dos conocidas como Lirio del Campo: Alstroemeria werdermannii variedad flavicans, que sólo crece en el límite entre la tercera y la cuarta región, en las dunas de Punta de Choros y Chañaral de Aceituno. Otro caso que ya mencionamos es la Alstroemeria magnifica variedad Tofoensis que cautiva desde el litoral de Punta Teatinos hasta el norte de Chungungo en La Higuera. Ambas especies en estado de conservación vulnerable.

Entre los imperdibles de este año, según Arancio, está Totoralillo Norte “donde hay una gran biodiversidad vegetal. Podemos encontrar Orquídeas, Papaya chilena y una especie de Valeriana que solo crece en ese lugar. Es justo donde se va a instalar Minera Dominga, por lo que puede que sea la última oportunidad de ver este patrimonio natural”.

En las cercanías de Punta Teatinos, también hay otros sectores tradicionales para disfrutar el Desierto Florido como Juan Soldado, la cuesta Los Porotitos, Arrayán Costero y, yendo hacia el oriente la Quebrada Santa Gracia.

En Coquimbo, las flores brotan en abundancia en el sector de la Pampilla y cerca de Tongoy, Guanaqueros y Puerto Aldea.   En las tierras ovallinas también destaca el Parque Nacional Fray Jorge “donde ya debería estar empezando la floración” según la experta, para terminar en las costas del Choapa, donde el Desierto Florido termina su viaje en septiembre, despertando la Alstroemeria pelegrina, añañucas y cebollines de los roqueríos y dunas de Los Vilos, la última estación de este fenómeno natural.

El Efecto Mariposa


Las flora del Desierto Florido representa un reservorio genético para Chile, por lo que es necesario e importante conservar su biodiversidad. La realidad indica que tanto en la III como en la IV Región muchas especies se encuentran al borde de la extinción. Como en el llamado “efecto mariposa”, al cortar una linda flor, sin saberlo, podemos romper toda la cadena de supervivencia de una especie.

Por ello este año, la Región de Atacama anunció la creación de una ordenanza común en todos sus municipios para proteger y sancionar de igual forma a cualquier persona que dañe el Desierto Florido. En la Región de Coquimbo existen dos ordenanzas en esta materia. La más antigua, de 1997 y actualizada en 2003, es de la comuna de La Serena, que castiga con multas de 3 a 5 U.T.M. la corta, arranque, transporte y comercialización de las especies silvestres del Desierto Florido.

La segunda es del Municipio de La Higuera (2004) que prohíbe la corta, arraque, tenencia y comercialización de estas especies con 5 U.T.M. Incluso va más allá. La ordenanza asume la lista del Libro Rojo de Flora Nativa y de los Sitios Prioritarios para su Conservación de la Región de Coquimbo, e incluye 130 especies en peligro, vulnerables o con información insuficiente, para las que además prohíbe la extracción de semillas y bulbos.

Sin embargo nada de esto es suficiente para la experta en Botánica de la Universidad de La Serena, Gina Arancio, quien cree que no hay suficientes áreas de protección para la flora y fauna en la región de Coquimbo, ni capacidad para proteger efectivamente su patrimonio biológico.

“Me estoy dando por rendida” confesó con desazón a TurismoChoapa, al tiempo que enumeraba ejemplos de destrucción del Desierto Florido en Coquimbo: competencias motorizadas en las dunas de Punta de Choros o Tongoy, basurales y casas en Punta Teatinos, arrancar y aplastar flores en La Pampilla de Quebrada el Jardín en La Serena, Coquimbo, proyectos inmobiliarios e industriales en las zonas costeras…

Para proteger el Desierto Florido, hacemos nuestras las recomendaciones de CONAF y, humildemente, agregamos otras más, con la etiqueta #yocuidoeldesiertoflorido:

- Evitemos pasar con vehículos sobre las zonas donde crece el Desierto Florido.
- Mantengamos limpio el entorno, no dejemos rastro de nuestro paso al contemplar el Desierto  Florido.
- Respetemos la naturaleza y al resto de los visitantes, disfrutemos en silencio de este fenómeno.
Y agregamos:
- Guardemos los recuerdos del Desierto Florido en formato digital, sin cortar ni extraer cualquier parte de alguna especie.
- Compartamos las imágenes en todas las redes sociales, para ayudar a identificar y proteger las especies que habitan una zona.

Imagen: Añañuca, de Paulo Olivier H., el Fotoandinista.




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Escrito por Lucía Escobar Meza

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