Érase una vez la Algarrobilla

Flor de Algarrobilla

La Algarrobilla (Balsamocarpon brevifolium Clos) es un arbusto nativo, endémico entre Atacama y Coquimbo, que se puede encontrar desde las planicies costeras hasta la precordillera.

Mide hasta 2 metros de alto y sus ramas se extienden erectas cubiertas por finas espinas y hojas pinadas en par hasta llegar a su extremo, donde se coronan con racimos de pequeñas flores amarillas y amariposadas.

Su fruto es una legumbre que guarda unas semillas lisas, aplanadas y de color café oscuro, las que son parte importante de la dieta de dos especies emblemáticas de la Región de Coquimbo: el Loro Tricahue y la Chinchilla, ambas especies que también tienen problemas de conservación.

Precisamente la caza indiscriminada de la Chinchilla en el siglo 18 es uno de los factores  de la destrucción de este arbusto, que era quemado para obligar a salir a estos roedores dueños de uno de los más finos pelajes de la naturaleza.

Chinchilla Lanígera

Además, la cobertura de sus semillas (el pericarpio) es rica en taninos, materia prima para la elaboración de tinturas y de la curtiembre artesanal. Desprovistas en forma masiva de sus semillas, la reproducción natural disminuyó.

Actualmente, en la medicina popular se usa como astringente y hemostático y en los campos, como leña. Así, los variados beneficios de esta planta para el ser humano, en vez de ser motivo de protección, lo han sido de su exterminio. Y hoy la Algarrobilla está clasificada como vulnerable en Atacama y Coquimbo, con poblaciones que se encuentran en pequeños grupos discontinuos muy sensibles a ser alterados por acciones humanas.

La preocupación de los científicos, es que el cambio climático está añadiendo un nuevo obstáculo para la reproducción de la especie y se están buscando nuevas estrategias para su conservación. Este es el tema del primer Café Científico del verano que organiza Ceaza. "Flores del Desierto: Érase una vez la Algarrobilla", es el título de esta conversación abierta en la Cafetería Tololo de La Serena, donde la doctora Alexandra Stoll y el público podrán conocer, conversar y quizás aportar ideas para dar un final feliz a la historia de esta bella e importante nativa del Norte Verde.

Imagen principal:  Balsamocarpon brevifolium del Jardín Botánico Nacional de Viña del Mar.
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Escrito por Lucía Escobar Meza

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