Carta abierta a PIRU

Tallado en árbol milenario de Fray Jorge
Estimado(a) PIRU:

Siempre nos agrada que nos vengan a visitar. La naturaleza y asombrosa biodiversidad de Coquimbo es un tesoro que deseamos sea conocido y disfrutado por hombres y mujeres de todas las edades y de cualquier nacionalidad.

El adjetivo asombroso no es exagerado. Como muestra, en pleno Norte Verde tenemos bosques relictos de tipo valdiviano, vestigios de una vegetación prehistórica que logró sobrevivir hasta nuestros días gracias al abrazo constante de la camanchaca. Bosques que por su antigüedad, hoy nos están entregando valiosa información sobre el fenómeno del Cambio Climático.

El más conocido es el Parque Nacional Bosque Fray Jorge - Reserva Mundial de la Biosfera y Reserva Starligth- en Ovalle. Con más empeño que recursos, esta área protegida de la Región de Coquimbo apenas en enero último estrenó su renovada infraestructura, con más senderos, pasarelas y hasta una plataforma de observación astronómica, para hacer más fácil y provechosa tu visita.

Sabemos que estuviste allí, a un mes de abiertas las nuevas instalaciones. Lamentablemente, gracias a que tallaste uno de los árboles de Fray Jorge con tu nombre o sigla: PIRU. Si tu intención fue darte a conocer, lo lograste, pero no de buena manera. Es más, debo advertirte que tu nombre ahora se identifica en las redes sociales con otras muestras de vandalismo anónimo en el Parque, que aunque no seas tú responsable, reflejan a un mismo grupo de turistas, aquellos que miran, pero no ven, que el patrimonio natural y cultural de un territorio es su propia esencia.

Si todos nos damos permiso para tallar un árbol, romper un petroglifo, o encender una fogata en un área no permitida, ¿qué experiencia turística tendríamos para ofrecerte al cabo de unos años?

A mediados de febrero un incendio forestal hizo temer por otro Sitio Prioritario para la Conservación de la Biodiversidad, el Cerro Santa Inés de Pichidangui, que alberga un bosque relicto de Olivillos. El fuego atrapó 470 hectáreas, 20 de este bosque protegido.

Si pasaste por allí camino a Ovalle, debiste encontrar el oscuro escenario que ahora se extiende desde la carretera hasta las laderas, con chaguales carbonizados que ya no podrán ser cuna de hermosas y enormes mariposas.

Ya sea lentamente, tallado a tallado, o de forma violenta, con la voracidad de un incendio, la acción humana puede acabar con la biodiversidad que nos define y que necesitamos.

Tal vez los actores del turismo no hemos transmitido con la suficiente fuerza nuestro interés por lograr un desarrollo sustentable, por darte a conocer que lo que te ofrecemos es realmente único y frágil y ayudarte a verlo y sentirlo con nuevos ojos.

Por eso queremos que regreses PIRU. Pero convertido(a) en un Turista de Intereses Especiales. Un turista que no deja huella en su andar, que disfruta de nuestras flores, aves y delfines. De las figuras grabadas en piedra por nuestros antiguos habitantes, de las estrellas brillando en estos cielos puros. Un turista sustentable, que nos ayude a conservar y proteger el entorno y así poder compartirlo durante muchas generaciones.








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Escrito por Lucía Escobar Meza

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